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Mi compostera huele mal ¿Cómo solucionarlo?

Te enseñamos como corregir los malos olores durante el compostaje

Las hojas, frutos, tallos y ramas que se desprenden de las plantas y caen al suelo, son una potencial fuente de alimento para organismos especializados. 

Durante este proceso de alimentación, los residuos van perdiendo paulatinamente su apariencia original y se convierten en una capa de suelo de color oscura y consistencia suelta, que es rica en nutrientes y en materia orgánica.

Al cortar el suelo como si fuera un pastel, se observan varias capas. La capa superior (O) es rica en materia orgánica y nutrientes.

Esto que sucede en los suelos, es lo que queremos promover en nuestras composteras. Solo que en un ambiente controlado que nos permite llevar a cabo el proceso de una manera más rápida y eficiente. No es casualidad que el olor de una compostera en buen funcionamiento nos recuerde el olor al campo después de la lluvia o la tierra fértil.

Si los suelos son capaces de procesar la materia orgánica y compostarla sin generar malos olores, ¿por qué las composteras pueden oler mal?Si la compostera emana malos olores, existe un problema que debe ser corregido lo más pronto posible.

Antes de entrarle de lleno al tema de los malos olores, debemos entender que se trata de un tema relativo, algunas personas son más susceptibles que otras.  Además varía según el lugar dónde se encuentra la compostera. Si está instalada cerca de la cocina, el manejo de los olores es de vital importancia, pero si está en el patio o la cochera, puede haber mayor flexibilidad a admitir malos olores temporales.

La principal causa de malos olores son los residuos que añadimos. Es completamente normal experimentar malos olores temporales cuando añadimos alimentos en mal estado, lácteos y cítricos. Ya sea porque los residuos en sí huelen mal, o porque generan un desbalance momentáneo en la mezcla de compostaje.

Los residuos de cítricos pueden alterar el balance dentro de la compostera y generar malos olores temporales

Esto no quiere decir que no debemos añadir este tipo de residuos a la compostera, puesto que siempre compostar los residuos orgánicos será preferible antes de desecharlos junto con los residuos ordinarios. Lo recomendable es hacerlo con mesura, evaluar la intensidad y permanencia de los malos olores y tomar una decisión de acuerdo a los resultados.

Si la compostera emite un olor a amoníaco, como gallinero o caballeriza, existe un desbalance  en la proporción Carbono-Nitrógeno. Como hay mucho material verde en la compostera, el exceso de nitrógeno es liberado en forma gaseosa, la solución es añadir más materiales secantes ricos en carbono y girar bastante la compostera.

El olor a fermento como a chicha o a “dulcete” indica que en la compostera se han agregado muchos materiales ricos en azúcares o carbohidratos, como restos de frutas, verduras harinosas, arroz o pasta.  La solución es agregar material verde como recortes frescos de pasto o hierbas del jardín. 

El olor a putrefacción puede ser causado por varios factores. Lo más común es que la mezcla esté muy húmeda o compactada, por lo que no tiene una adecuada oxigenación, en este caso lo recomendable es seguir las sugerencias que dimos en la entrada del blog sobre la aireación en el compostaje.

En algunos casos el problema es que las poblaciones de microorganismos dentro de la compostera disminuyeron drásticamente porque no tienen suficiente alimento, se añadió algún contaminante o por exceso de humedad y falta de aireación de la compostera. 

Como no hay organismos para procesar los residuos estos comienza a podrirse. La solución en este caso es restituir la población de microorganismos, para ello puede añadir un inóculo microbiano como compostaje en proceso, sustrato de takakura o levadura de hornear.

Si la mezcla de compostaje está bien aireada, y tiene una población saludable de microorganismos y aún así huele a podrido, es porque en la mezcla hay tantos materiales difíciles de procesar para los microorganismos, que éstos no están logrando procesarlos todos. 

Tome en cuenta que los residuos resultan difíciles de procesar si se encuentran en trozos muy grandes, por lo que lo ideal es picarlos en partículas de 4 cm o menos, especialmente aquellos que son rígidos y fibrosos como las cáscaras.

También pueden resultar desafiantes para los microorganismos residuos ricos en grasas como los aceites, comida frita y carne, en este caso debe evaluar agregar este tipo de residuos con mesura o evitar agregarlos del todo.