En el blog anterior aprendimos que el compostaje es un proceso que ocurre naturalmente en varios ecosistemas. Mediante el compostaje las hojas, ramas y frutos caen al suelo donde millones de microorganismos los convierten en abono y de esta forma se mantiene la fertilidad de los suelos.
Las composteras buscan reproducir en un espacio reducido y optimizado este proceso natural. Podemos pensar en nuestra compostera como una planta especializada en reciclar los residuos orgánicos en la cual trabajan millones de microorganismos.
Nuestra labor como jefes de planta es sencillamente propiciar las condiciones para que estos microorganismos prosperen. Sí mantenemos a nuestros microorganismos felices ellos generarán para nosotros un abono orgánico de muchísima calidad .
Lo primero que ocupan los microorganismos para ser felices, es una dieta balanceada. Los residuos que agregamos a la compostera están constituidos de dos elementos esenciales para la vida: carbono y nitrógeno. Los residuos ricos en carbono aportan energía, mientras que el nitrógeno sirve como bloques de construcción para el crecimiento y multiplicación de los microorganismos. Una proporción adecuada de estos elementos les permitirá a los microorganismos tener suficiente energía y materia prima para trabajar.
Nuestros microorganismos como todo ser vivo también necesitan de agua para sobrevivir. Afortunadamente el agua viene incorporada en los residuos orgánicos. Sin embargo, es importante controlar la cantidad de humedad. Ellos no son buenos nadadores, entonces no podemos permitir que se nos inunde la fábrica, pero tampoco trabajan bien cuando están sedientos, por lo que debemos mantener la humedad dentro de un rango adecuado
Para llevar a cabo el compostaje también se requiere de oxígeno, cuando no hay suficiente oxígeno presente dentro de la compostera, nuestros trabajadores serán reemplazados por otro tipo de microorganismos que descomponen la materia orgánica en condiciones de poca aireación, el problema es que estos otros trabajadores son menos eficientes y además huelen mal.
Por último los microorganismos trabajan mejor cuando está calientito, ellos son capaces de producir su propio calor, y de hecho la producción de calor es una excelente señal de que nuestra fábrica está funcionando bien.
Si logra mantener estos 5 igredientes esenciales en rangos adecuados, los microorganismos de su fábrica estarán contentos y trabajarán arduamente en convertir los residuos orgánicos de su hogar en un nutritivo abono.
.