Si alguna vez has agarrado un puñado de compost o puesto tu mano dentro de una compostera, habrás sentido que está caliente. Cuando los microorganismos trabajan para convertir los residuos orgánicos en compost, también generan calor.
La presencia del calor sirve como indicador de que el proceso de compostaje va bien encaminado, de hecho el compostaje se divide en tres fases de acuerdo a la temperatura de la mezcla:
Fase mesófila: los microorganismos, principalmente bacterias comienzan a procesar las partículas más fáciles de digerir como los azúcares y los aminoácidos, a la vez producen grandes cantidades de calor que le permiten a la mezcla alcanzar los 40 °C.
Fase termófila: cuando la mezcla alcanza los 40 °C, los hongos toman la batuta del proceso y comienzan a procesar residuos de composición más compleja como las ceras y algunos polímeros. Durante esta fase la temperatura puede alcanzar hasta los 55 C° lo cúal ayuda a eliminar larvas, matar a algunos patógenos y a esterilizar a las semillas.
Durante esta fase los materiales pierden su aspecto original y se observa una disminución del volumen de la mezcla causada por la disminución del tamaño de las partículas, sumada a las pérdidas por la evaporación del agua.
Fase de maduración: La mezcla se estabiliza y la temperatura disminuye gradualmente hasta alcanzar la temperatura ambiente. Algunos microorganismos e incluso macroorganismos colonizaran el compost en busca de degradar los materiales más complejos como los huesos y los materiales fibrosos.
En las composteras domésticas esta fase suele extenderse durante dos semanas, pero puedes extenderla y promover una mejor maduración de tu abono. Idealmente puedes colocarlo en un recipiente, como un saco, caja o contenedor con agujeros, que le permita respirar, durante uno o dos meses antes de aplicarlo.
El proceso de compostaje pasa por una serie de fases, en cada etapa entran un juego grupos de organismos distintos. Cada uno especializado en procesar un tipo de residuo.
Temperaturas superiores a los 65 °C son perjudiciales puesto que eliminan a los microorganismos beneficiosos. Si siente que el calor de la mezcla es excesivo, lo recomendable es girar la compostera para disipar el calor.
La temperatura de la mezcla de compostaje depende de factores que podemos controlar como la proporción Carbono-Nitrógeno, el contenido de humedad y la aireación.
Sí estos factores se encuentran dentro de los rangos adecuados, los microorganismos tendrán excelentes condiciones para trabajar, y podrá percibir la generación del calor como una evidencia del arduo esfuerzo que están realizando.
Otros factores que influyen en la generación de calor dentro de la compostera son la temperatura ambiente y de la exposición de la compostera al sol.
Las composteras suelen ser de color negro para absorber al máximo la insolación solar y así permitir que la mezcla alcanze rápidamente la fase termófila y la mantenga por el mayor tiempo posible. Si colocamos la compostera dónde le dé el sol favorecemos esta cualidad.
Como el compostaje es un proceso natural, durante los meses más lluviosos del año dónde la insolación y la temperatura ambiente promedio disminuyen, es normal que el proceso se torne un poco más lento.